7.3. LOS ÉXITOS POLÍTICOS: ESTABILIDAD
Y CONSOLIDACIÓN DEL PODER CIVIL; LA LIQUIDACIÓN DEL PROBLEMA CARLISTA; LA
SOLUCIÓN TEMPORAL DEL PROBLEMA DE CUBA
7.3.1. LOS ÉXITOS POLÍTICOS:
ESTABILIDAD Y CONSOLIDACIÓN DEL PODER CIVIL.
El reinado de Alfonso XII llamado “El Pacificador” y que va a morir a la
temprana edad de 28 años, consolida el sistema de turno de partidos ideado por
Cánovas. Salvo de 1881 a 1884, fechas en las que gobernó el Partido Liberal, el
gobierno lo va a ejercer prácticamente
todo el tiempo el Partido Conservador, fiel siempre a un objetivo: conseguir el
orden social que tanto quería una amplia clase burguesa, temerosa de los
desórdenes del periodo anterior y de la radicalización de la sociedad desde el
auge del pensamiento obrero.
Como hemos visto, se trataba de un
sistema fraudulento pero que, gracias a sus tres pilares, consiguió dar
estabilidad al país. Estos eran: el rey; la constitución moderada de 1876
y el bipartidismo.
Durante la Restauración se consolidó en España el liberalismo y sus instituciones bajo la hegemonía de una burguesía conservadora:
- Se pacificó el país acabando con la revolución cantonalista, heredada de la I República.
- Se neutralizó el movimiento separatista cubano.
- Se puso fin a la última guerra carlista.
Durante la Restauración se consolidó en España el liberalismo y sus instituciones bajo la hegemonía de una burguesía conservadora:
- Se pacificó el país acabando con la revolución cantonalista, heredada de la I República.
- Se neutralizó el movimiento separatista cubano.
- Se puso fin a la última guerra carlista.
También fue una época de bonanza económica ya que se mejoró la industria
gracias a la construcción del ferrocarril y en el campo se dieron buenas
cosechas.
7.3.2. LA LIQUIDACIÓN DEL PROBLEMA
CARLISTA.
También
hemos estudiado cómo la tercera guerra carlista se inicia durante el breve
reinado de Amadeo I de Saboya, entre 1872 y 1876. El conflicto llega a su fin en
1876 debido al desgaste de las tropas carlistas (eran hasta cuatro veces inferiores en número) y a la mayor capacidad del ejército, que
acabará entrando en Estella y tomando Montejurra en 1876, ambos, bastiones del
carlismo.
Los soldados carlistas que depusieron sus armas pudieron incorporarse al ejército y mantener todas sus condecoraciones. En 1876, una ley abolía los fueros en el País Vasco por lo que Canóvas pactó un primer acuerdo económico allí dando cierta libertad económica a la región y permitiendo a las autoridades locales recaudar ellos mismos sus impuestos. La consecuencia será un gran crecimiento económico e industrial en la región lo que la condujo a ser una de las más avanzadas del país.
Los soldados carlistas que depusieron sus armas pudieron incorporarse al ejército y mantener todas sus condecoraciones. En 1876, una ley abolía los fueros en el País Vasco por lo que Canóvas pactó un primer acuerdo económico allí dando cierta libertad económica a la región y permitiendo a las autoridades locales recaudar ellos mismos sus impuestos. La consecuencia será un gran crecimiento económico e industrial en la región lo que la condujo a ser una de las más avanzadas del país.
7.3.3. LA SOLUCIÓN TEMPORAL DEL
PROBLEMA DE CUBA.
La larga guerra en Cuba había sido uno
de los mayores problemas de la anterior etapa, es por ello por lo que se decide
reforzar las tropas españolas y enviar al general Martínez Campos con más de 25.000 hombres. Este general conseguirá, en 1878, acabar con el conflicto mediante la Paz
de Zanjón. En ella, ofrecía mejorar las condiciones políticas y administrativas de
la isla y concedía una amplia amnistía a los cubanos insurrectos y a los
desertores españoles.
La paz no otorgó las dos grandes reivindicaciones de los insurrectos cubanos: la independencia de Cuba y la abolición de la esclavitud en la isla.
Decimos que fue una solución temporal porque las medidas no contentaban a nadie, de hecho al poco tiempo estalló una nueva revuelta conocida como Guerra Chiquita (1879), reducida fácilmente por las tropas españolas, y, en 1895, la definitiva guerra de independencia cubana.
La paz no otorgó las dos grandes reivindicaciones de los insurrectos cubanos: la independencia de Cuba y la abolición de la esclavitud en la isla.
Decimos que fue una solución temporal porque las medidas no contentaban a nadie, de hecho al poco tiempo estalló una nueva revuelta conocida como Guerra Chiquita (1879), reducida fácilmente por las tropas españolas, y, en 1895, la definitiva guerra de independencia cubana.
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