“Pasóse
enseguida a determinar la actitud que debía adoptarse ante el movimiento que se
había iniciado para atacar a los conventos y pegar fuego a determinadas
iglesias. Los socialistas sostuvimos que eso no figuraba entre los fines de la
huelga general que eran el de protestar contra la guerra de Marruecos y
también, si posible fuera, el de derrocar al Gobierno. Para todo ello la
“clásica” quema de conventos nos retrotraería a épocas pasadas,
desnaturalizando por completo el carácter del Movimiento Obrero y nos colocaría
enfrente de una gran masa de opinión... Se respetaron siempre y en todos los
sitios las personas y, si bien, fueron desenterradas varias momias de algunos
conventos, nadie puede sostener honradamente que hubo el propósito de
profanarlas. Lo que ocurrió es que, atendiendo a una leyenda popular muy
extendida en Cataluña, se creyó que se trataba de personas que habían sido
martirizadas y enterradas clandestinamente. Terminó la reunión recomendándose
al Comité Central (de huelga) que procurase que la huelga no saliese de sus
verdaderos cauces.
Barcelona,
26 de julio de 1909.”
Nos encontramos ante un texto histórico
(de fuente primaria) y de carácter político. Fue escrito por un socialista el
26 de julio de 1909 en Barcelona, donde se relata la reunión del comité de
huelga, e iba dirigido al público.
La idea principal de este texto es el
desacuerdo por parte de los socialistas sobre la forma en la que se estaba
llevando a cabo la huelga.
Las ideas secundarias, las cuales van
ligadas y relacionadas a la idea principal, son:
Los socialistas querían controlar los
ataques a los conventos y el incendio de iglesias, pues decían que ese no era
el fin de la huelga, sino que querían protestar contra la guerra de Marruecos y
derrotar al Gobierno, en este caso, a Maura.
Por otro lado, defendían haber
respetado siempre a las personas, y justificaban el desentierro de cuerpos por
las creencias de que esas personas habían sido martirizadas y enterradas en
secreto.
Por último, los socialistas proponían
al Comité Central que controlara los ataques que estaban ocurriendo para que la
huelga no se desviara de sus verdaderos fines.
Un término muy importante a definir es:
Movimiento Obrero: Actividad de las agrupaciones de empleados, movilizadas en un “plan de
lucha” para lograr el reconocimiento de derechos laborales.
*Desarrollar epígrafe 14.1
(Intentos de modernización. El regeneracionismo, 1902-1914. Guerra de Marruecos)
Las consecuencias más
importantes de la Semana trágica serán, además de una gran cantidad de muertos,
heridos y edificios destruidos, la caída del gobierno de Maura.
Karla Beltrán Talavera.
El texto tiene una naturaleza histórica, pues está escrito en la época en la que se produjo el suceso (fuente primaria).En cuanto a la clasificación, se trata de un texto político ya que se habla de la reunión del comité de huelga.
A pesar de que es anónimo, se sabe que el texto fue escrito por un socialista en Barcelona, el 26 de julio de 1909.
En este texto un socialista relata la reunión del Comité de huelga, que argumenta que la finalidad de la revuelta (Semana trágica de Barcelona) es la de protestar contra la guerra de Marruecos y la de derrocar al gobierno si fuese posible, y no la de atacar conventos y prender fuego a iglesias.
Además, sostiene que si se realizaran esta serie de actos, se adoptaría un carácter diferente al del Movimiento Obrero y serían un reflejo de la sociedad en épocas pasadas.
La Semana Trágica de Barcelona (1909) fue causada por la situación de Marruecos y los errores del Gobierno español. Los primeros choques militares se saldaron con el Desastre del Barranco del Lobo, que coincidió con el inicio de una huelga general en Barcelona convocada por Solidaridad Obrera y UGT.
Se produjeron quemas y asaltos de conventos, incendios, enfrentamientos entre huelguistas y el Ejército, etc. Esto causó más de un centenar de muertos y heridos, estructuras destruidas y se ejecutó al anarquista Francisco Ferrer y Guardia.
Las consecuencias de este movimiento fueron: la caída de Maura, la conjunción republicano-socialista, y se reforzó las organizaciones sociales y critica al sistema de la Restauración.
Adnan Aldrobi
El texto a analizar se puede clasificar de las siguientes maneras; por su
naturaleza es un texto histórico, al ser fechado durante los incidentes de la
Semana Trágica; es a su vez un texto político (durante aquel periodo se
llevaron a cabo numerosas reivindicaciones antes de que los acontecimientos se
precipitasen, además de mencionar que la quema de conventos no estaba entre los
objetivos políticos de los socialistas). Está fechado en Barcelona a día 26 de
julio de 1909, escrito por un socialista presumiblemente anónimo; se entiende
que el destinatario es el público.
La idea principal del texto es la decisión que había de tomarse el el
Comité de Huelga sobre la política de saqueo y quema de conventos e iglesias
durante la huelga, y la postura de negativa de los socialista a respaldar
dichas acciones, argumentando que desnaturalizaría al Movimiento Obrero,
pondría a una buena parte de la población en contra de las reivindicaciones
obreras, y que la quema de templos no estaba entre los objetivos de la huelga.
El autor del texto señala que, al menos el movimiento socialista, procuró
respetar los templos religiosos, excusando la profanación de algunas momias
enterradas en algunos de estos conventos en una leyenda arraigada en Cataluña,
que decía que algunos de esos cadáveres pertenecieron a personas asesinadas y
enterradas de forma clandestina. Se desconoce si esta excusa fue utilizada de
buena fe, o, por lo contrario, fue utilizada para responsabilizar de la quema a
los anarquistas de Solidaridad Obrera.
El autor finaliza el texto con la recomendación al Comité de la Huelga de
que ésta no se desviase de sus verdaderos propósitos, protestar contra la
guerra en Marruecos y el envío de reservistas, y derrocar al gobierno burgués.
En perspectiva histórica, el texto se encuadra dentro del periodo de la
crisis del sistema canovista. Dicho sistema, tras la muerte de los líderes de
los partidos dinásticos (Antonio Cánovas por parte de los conservadores,
Práxedes Mateo Sagasta por parte de los liberales) había mostrado signos de
desgaste político y una falta de capacidad de adaptación ante el creciente movimiento
obrero, y la perspectiva de una absurda aventura colonial en Marruecos. Los
partidos habían intentado renovar el sistema mediante la lucha contra el
caciquismo y el pucherazo, con nuevos líderes de mentalidad regeneracionista. Uno
de esos líderes, el conservador Antonio Maura, experimentó la llamada “revolución desde arriba”, para atajar la
creciente movilización de las clases populares.
No obstante, la creciente escala de hostilidades de la guerra en Marruecos
propició una serie de ataques por parte de los rifeños contra los soldados y
los trabajadores mineros españoles allí establecidos. Ante los ataques, el
gobierno de Maura decretó la movilización de reservistas en Madrid y Barcelona
con destino al Rif. En muchos casos, dichos reservistas ya tenían un trabajo
estable y familia, y la posibilidad de que sus seres queridos perdiesen su
principal fuente de ingresos, movilizó a sus mujeres, protestando además contra
la redención en metálico (que permitía a los hijos de buena cuna, los mismos
cuyos padres declaraban “necesaria”
la guerra en “nombre de la Patria”,
eludir el servicio en Marruecos). Las consecuencias tras la derrota en el
Barranco del Lobo (más de 1200 bajas) no se hicieron esperar.
Coincidiendo con una huelga general en la Ciudad Condal, convocada por los
anarquistas y la UGT, y el creciente autoritarismo de Maura, la protesta
antibélica y antigubernamental derivó en quemas de conventos e iglesias y
luchas callejeras, hasta la contundente represión del Ejército (famoso es la
irregular condena a muerte de Ferrer y Guardia, chivo expiatorio para el
Gobierno), lo que se traduce en una oposición definitiva a los partidos
dinásticos.
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