miércoles, 4 de noviembre de 2015

3.3.Crisis y decadencia del Imperio en el siglo XVII: los validos; la expulsión de los moriscos; los proyectos de reforma de Olivares; la guerra de los Treinta Años y la pérdida de la hegemonía en Europa a favor de Francia; las rebeliones de Cataluña y Portugal en 1640; Carlos II y el problema sucesorio; la crisis demográfica y económica.





  A) CRISIS Y DECADENCIA DEL IMPERIO EN EL SIGLO XVII; LOS VALIDOS





Felipe III, Felipe IV y Carlos II, llamados los Austrias Menores, reinaron en el siglo XVII: un siglo de crisis política, social y económica inseparable de la crisis general europea. 
La principal novedad será la evolución de la anterior estructura polisinodial (no centralizada y encarnada en pequeños gobiernos llamados Consejos)  por un gobierno de validos, cargo político, similar a un primer ministro, y desempeñado por un miembro de la nobleza, en el que el rey depositaba su total confianza. 
Dos razones explican su aparición: las labores de gobierno que eran cada vez más complejas y unos monarcas cada vez más despreocupodos. El nuevo sistema significó también un aumento de la corrupción, al gobernar al margen de los Consejos. 
Algunos aprovecharon su cargo para enriquecerse, conseguir cargos, pensiones y mercedes para sus familiares y partidarios, lo que provocó críticas generalizadas por parte, sobre todo, de los letrados que formaban los Consejos y los miembros de la nobleza que no gozaban del favor del valido.


 Felipe III (1598-1621): 

En política interior dejó el poder en manos de su valido, el Duque de Lerma, quién se enriqueció y repartió cargos entre sus familiares. La Corte se trasladó a Valladolid en 1600 durante seis años. Sus abusos le fueron distanciando del rey siendo su sucesor en elcargo su propio hijo, el duque de Uceda.
Continuó la política de intolerancia religiosa de sus antecesores y en 1609 decretó la expulsión de los moriscos (por practicar en secreto su religión y temerse que ayudaran a los piratas turcos), medida que afectó especialmente a los reinos de Aragón y Valencia y provocó el despoblamiento de determinadas zonas y falta de mano de obra. Las consecuencias serán nefastas, se calcula la expulsión de unos 300.000 moriscos, aproximadamente, lo que supuso una drástica pérdida de mano de obra para los señoríos.

En política exterior su reinado prefirió una política pacifista al belicismo de su padre y ésta será conocida como Pax Hispánica. Para ello firmará una serie de tratados de paz muy costosos y poco decisivos para España:


  • La Paz de Londres supuso el fin de la hostilidades con Inglaterra al llegar al trono Jacobo I a cambio de conceder facilidades al comercio inglés, de cortar el suministro de armas a los holandeses, y de poner fin a la piratería en el Atlántico.
  • Con las Provincias Unidas firmó una Tregua de Doce Años (1609-1621)



Estatua ecuestre de Felipe III en la Plaza Mayor de Madrid


 Felipe IV (1621-1655): 

En política interior puso el gobierno en manos de su valido el Conde-Duque de Olivares,  un estratega político y un visionario con voluntad de reformar aunque fracasara en casi todos sus proyectos. 
Para fortalecer la monarquía (España estaba desde 1618 en la Guerra de los Treinta Años) Olivares puso en marcha un programa de reformas que pretendía la unificación jurídica de los reinos siguiendo el modelo centralista de Castilla. Con la Unión de Armas (1625) quiso distribuir los costes del ejército entre todos los reinos. Pero estas medidas y su autoritarismo provocaron sublevaciones en Andalucía, Aragón y Nápoles, que fueron dominadas rápidamente. Más graves fueron las rebeliones independentistas de Cataluña y Portugal que provocaron la crisis de 1640.


En política exterior será un reinado marcado por el escenario de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) que comenzó con el enfrentamiento entre los príncipes protestantes alemanes y el católico emperador Fernando II de Habsburgo por defender el catolicismo. 

La rendición de Breda o Las lanzas. Diego de Silva Velázquez. Museo del Prado



El académico Arturo Pérz Reverte ambientó a la perfección esta época en la saga de aventuras del capitán Alatriste.


 

 Carlos II (1665-1700): 

En política interior estuvo bajo la regencia de su madre, Mariana de Austria. Tuvo varios validos, como el jesuita Nithard, su hermanastro don Juan José de Austria (defensor de los fueros y particularidades de los diversos territorios (pactismo) y Valenzuela, que no pudieron evitar la decadencia de la Monarquía hispánica en la escena internacional. Con Carlos II, hubo revueltas en Cataluña, y las Segundas Germanías en Valencia. Al morir sin descendencia en 1700, dejó el trono a Felipe de Anjou, con lo que se instalaron los Borbones en España tras la guerra de Sucesión.

En política exterior el conflicto más importante fue a su muerte en 1700 cuando se plantea una Guerra de Sucesión entre el candidato de Luis XIV de Borbón en Francia, su nieto, Felipe de Anjou, y el archiduque Carlos favorito de los ingleses y holandeses. La guerra duró hasta 1715 y se proclamó rey a Felipe V, a cambio:

  • Reino Unido se consolida como potencia naval y comercial apoderándose de Gibraltar y Menorca y recibiendo el llamado navío de permiso con el que una vez al año participaban del ventajoso comercio con las Indias.
  • Los Habsburgo ocuparán Flandes y se repartirán con los Saboya los dominios italianos de España.
  • Portugal se quedó con la importante colonia de Sacramento (Uruguay)




B) LA EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS

Embarco de moriscos en el puerto de Denia por Vicent Mestre (1613)


Como hemos dicho en política exterior el hecho más destacado del reinado de Felipe III fue la expulsión de los moriscos, decretada primero en Valencia en 1609 y al año siguiente en Aragón y Castilla. Aunque no parecen estar del todo clara las razones si parece que influyeron los siguientes hechos:

- El rechazo que hacia ellos sentía la mayor parte de la población cristiana.
- El temor a que ayudaran a sus correligionarios turcos del Mediterráneo a entrar en la Península.
- El reforzar de cara al interior la imagen autoritaria de una monarquía que acababa de firmar una tregua con Holanda y daba muestras de agotamiento.

Las consecuencias fueron muy negativas:

- Casi 300.000 moriscos se fueron de la Península, perdiéndose una importante población campesina y artesana.
- Las zonas más afectadas fueron Valencia y Aragón donde además de mano de obra se perdió mucha población por los estragos de la peste negra en 1597 y 1602.
- Supuso la culminación de una política de intolerancia religiosa y persecución de minorías que ya habían iniciado los Reyes Católicos.



En el 2009 se presentó la película conmemorativa del IV Centenario de la expulsión de los moriscos, Expulsados, 1609. Fue un proyecto de la Casa Árabe para contribuir  al rencuentro con la historia, a la recuperación de la memoria contra la intolerancia y al aprendizaje del valor de la interculturalidad.


C) LOS PROYECTOS DE REFORMA DE OLIVARES


Retrato del Conde Duque pintado por Velázquez


El proyecto de gobierno del conde duque de Olivares se basaba en dos principios:

- La "reputación", es decir intentar recuperar el pasado glorioso de la península en tiempos de los Austrias mayores. Para ello reanudó la guerra contra Holanda tras acabar la Tregua de los Doce Años que había firmado su padre Felipe IV.
- La "reforma"  de la península a través de una serie de proyectos ambiciosos muy mal acogidos por la población española y que perseguían frenar una monarquía en decadencia:

  • Pretendía crear una red de erarios (bienes que forman el tesoro público) para que actuasen como bancos y liberasen a la Corona de la dependencia de la banca extranjera, así la ayuda vendría de sus propios súbditos. Para constituirla deberían aportar capital todos los que su riqueza superase los 2.000 ducados. Las Cortes se opusieron pues no querían que se investigase sobre las fortunas privadas, a cambio aceptaron el aumento de un impuesto que se pagaba sobre productos de primera necesidad. Una medida tan moderna terminó siendo un fracaso.
  • Propuso crear una monarquía unitaria en la que todos los territorios tuviesen las misma leyes e instituciones. En su Memorial secreto (1624) instaba a Felipe IV a convertirse en rey de España y no de una suma de territorios. Para ello:
    • Debía fomentar los matrimonios entre Castilla y los otros territorios peninsulares.
    • Negociar en cada territorio la modificación de sus leyes con la presencia de un poderoso ejército que sugiriese la posibilidad de imponer los cambios por la fuerza.
    • De no ser así, actuar por la vía más rápida, fomentar una rebelión popular que justificase una intervención militar y tras ella aplicar el derecho de conquista imponiendo las leyes de Castilla. Ninguna de las tres vías se llevó a cabo.
  • Pretendió crear un ejército permanente formado por 140.000 soldados reclutados de los distintos reinos en función de su población y riqueza. Así repartiría un gasto que soportaba fundamentalmente Castilla. Este proyecto también fue un fracaso por la oposición de las Cortes de Aragón a un rey que consideraban ajeno a ellos y a las medidas establecidas en sus fueros.

D) LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS Y LA PÉRDIDA DE LA HEGEMONÍA EN EUROPA EN FAVOR DE FRANCIA

Como hemos visto, desde 1618 la paz en Europa estaba amenazada por las disputas entre católicos y protestantes . En el Imperio Germánico, los príncipes protestantes alemanes se habían rebelado contra las aspiraciones políticas y religiosas del emperador Fernando II, católico de la dinastía de los Habsburgo a la que pertenecían los reyes hispánicos.

Lo que empezó como un conflicto alemán terminó extendiéndose por toda Europa porque lo que realmente estaba en juego era cambiar el viejo orden europeo en el que primaba la hegemonía de la casa de Habsburgo en sus dos ramas: la austriaca y la hispánica.

Todos los conflictos armados europeos se irán sumando a esta guerra, entre otros, la guerra hispano-holandesa a partir de 1621 cuando Felipe IV pone fin a la Tregua de los Doce Años. Así, austriacos y españoles se enfrentarán a franceses (a pesar de que son católicos), alemanes y holandeses.

La Guerra de los Treinta Años acabó con la firma de la Paz de Westfalia en 1648, en ella se pactó:

- La independencia de las Provincias Unidas (Holanda) aunque los Países Bajos católicos continuaron bajo dominio hispánico.
- La pérdida de la hegemonía española en Europa a favor de Francia. Tras esta guerra la monarquía de Felipe IV quedó completamente arruinada.



Tras esta paz, España continuó su guerra en solitario contra Francia hasta la Paz de los Pirineos (1659), que culminó con otra nueva derrota para los españoles y la cesión del Rosellón y la Cerdaña (territorios catalanes al otro lado de Pirineos).




E) LAS REBELIONES DE CATALUÑA Y PORTUGAL EN 1640

Estas rebeliones hay que entenderlas en el contexto de una monarquía arruinada por la Guerra de los Treinta Años. El conflicto provocó el aplazamiento de las reformas y la puesta en marcha de nuevos impuestos sumados al descontento generalizado contra las políticas de Olivares. 
  • En junio de 1640 estalla una revuelta en Cataluña contra el rey denominada "Corpus de Sangre" porque se produce en la festividad del Corpus Christi. Un grupo de segadores de Barcelona saquean la ciudad y asesinan al virrey. Las autoridades huyen y la ciudad queda en manos de los rebeldes quienes crean una Junta y buscan el apoyo del rey Luis XIII de Francia a quien nombran conde de Barcelona. Finalmente los catalanes claudican ante las tropas de don Juan José de Austria, hijo bastardo de Felipe IV, bajo la condición de que se respetaran sus fueros en 1652.

  • Portugal aprovechará esta revuelta ya que rechazaba la ocupación de altos cargos por castellanos, vivía una constante crisis comercial por la guerra y además no se había hecho nada ante la invasión de sus colonias (por ejemplo los holandeses, enemigos de España, habían atacado las posesiones portuguesas en Brasil sin que desde la península hubiesen podido hacer nada). Mariana de Austria (regente de Carlos II) será derrotada en una rebelión claramente anticastellana e independentista y finalmente reconocerá la independencia de Portugal en 1668, proclamándose rey al duque de Braganza, Juan IV.

  • Otras revueltas menores también se van a producir en Andalucía, protagonizadas por el duque de Medina Sidonia y el Marqués de Ayamonte; en Aragón con el duque de Híjar; y en Nápoles con Masaniello.
Ante estos hechos, el rey opta finalmente por destituir a Olivares en 1643 y proclamar a un nuevo valido, Don Luis de Haro.


F) CARLOS II Y EL PROBLEMA SUCESORIO


Carlos II. Miranda


Carlos II contrajo dos veces matrimonio (con Maria Luisa de Orleans y con Mariana de Neoburgo) sin conseguir tener descendencia con ninguno de ellos. Se llegó a pensar que estaba hechizado y se recurrió a todo tipo de prácticas sin resultado. Ante la posibilidad de que muriese sin descendencia se van perfilando dos posibles candidatos: el archiduque Carlos de Austria (Habsburgo) y Felipe de Anjou (Borbón y  nieto de Luis XIV).

Poco antes de morir cambió su testamento a favor de Felipe de Anjou para asegurar que la poderosa Francia impidiese el desmembramiento territorial de España a su muerte. Sin embargo, el temor del resto de las potencias europeas a un bloque hispanofrancés desembocará en la Guerra de Sucesión.





G) LA CRISIS DEMOGRÁFICA Y ECONÓMICA

Hasta la década de 1680 España sufrió una grave crisis económica y social, la pésima política exterior absorbió el oro y la plata que venían de América motivando medias tan impopulares como el aumento de la presión fiscal o la devaluación de la moneda (vellón con menos plata). Sólo Holanda e Inglaterra mantuvieron el crecimiento económico.

Ya en la primera mitad del siglo aparecen serios problemas demográficos debido a cuatro causas:

- Cruentas epidemias, entre las que destacan las de peste que se repitieron periódicamente coincidiendo con épocas de carestía y hambre. Un ejemplo: Sevilla perdió 60.000 habitantes en la peste de 1647. 
Otros factores agravaron en Aragón esta crisis demográfica como la expulsión de los moriscos en 1609, lo que supuso la pérdida del tres por ciento de la población del reino, siendo especialmente grave, como hemos visto, en Valencia.
- Las crueles guerras aumentaron la mortalidad en muchos jóvenes.
- Las dificultades económicas incidieron, como siempre, en la reducción de la natalidad.


En la segunda mitad del siglo, la crisis económica continuó y se agudizó. La Hacienda Real estaba endeudada y en bancarrota por las continuas guerras. Se intentó frenar la deuda alterando el valor de las monedas, creando nuevos impuestos, exigiendo donativos a la nobleza, vendiendo títulos nobiliarios, convirtiendo tierras de realengo en nuevos señoríos, etc. Nada de esto parecía servir, además disminuía el volumen de metales preciosos procedentes de América.

- La agricultura vio como se reducía su producción, en parte, por la expulsión de los moriscos y las malas cosechas entre 1630 y 1680. 
- A la agricultura se le unió la crisis de la ganadería lanar, que encontró graves dificultades para la exportación.
- La crisis de la industria textil castellana (Segovia, Toledo, Cuenca o Soria) por ser incapaz de competir con las producciones de lujo extranjeras. Así, se dedicaron a realizar paños de menor calidad para consumo popular.
- El comercio también entró en una fase de recesión. La competencia francesa en el Mediterráneo y la competencia inglesa y holandesa en el Atlántico, agravaron una coyuntura marcada por el creciente autoabastecimiento de las Indias y el agotamiento de las minas americanas. Consecuencia de la crisis comercial fue la disminución de la circulación monetaria.

Mientras la nobleza experimentaba un aumento considerable de sus miembros, gracias a la venta de títulos por parte de la Corona para recaudar dinero, también crecía el número de pícaros y mendigos, refugio de inmigrantes arruinados procedentes del medio rural.




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